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MARCO TEÓRICO

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Saved by Carmen Cantillo
on March 23, 2010 at 10:25:29 pm
 

Para iniciar este estudio es necesario elaborar un marco teórico con todas las teorías y conceptos que lo fundamentan; es decir, construir un cuerpo de ideas explicativas armadas lógica y sistemáticamente que proporcionen una explicación envolvente acerca de las causas que construyen el problema de la investigación, teniendo como base la documentación consultada


Conceptos clave:

 

El Marco Teórico de esta Investigación gira sobre cuatro conceptos: Comunicación, Educación, Imagen y Estereotipos. Una breve definición de cada uno de ellos es tan necesaria como contextualizadora, ya que suponen el punto de partida y los pilares básicos en los que este proceso cognoscitivo se fundamenta y, que a su vez, son el motor que impulsa esta investigación. 

  1. El primer concepto que debemos definir a la hora de iniciar esta investigación es el de  COMUNICACIÓN[1], entendiéndose ésta como una forma de relación que pone a dos o más personas en un proceso de interacción y de transformación continua. Cualquier práctica de la "comunicación" que no implique relación horizontal pone bajo sospecha a quienes la pronuncian o la ejercen en su nombre.
  2. El siguiente pilar se centra en la EDUCACIÓN, definición que llevada al reduccionismo podemos compactarla de un modo totalizador en la siguiente frase "Educación y Comunicación son una misma cosa, pues toda educación es un proceso de comunicación"[2], aunque de momento vamos a centrarnos en la definición de Agustín García Matilla[3] "La educación consiste en enseñar a no dejarse llevar por la corriente y a dotar de sentido los actos de cada día".
  3. En el terreno que nos ocupa es vital definir la IMAGEN. Según Román Gubern "...a la imagen le preexiste la visión y es la experiencia de la visión, elaborada por la imaginación, la que es modelizada por las tradiciones y convenciones culturales de cada contexto social"  (Gubern, 2004 - p.15). Al intentar contextualizar este concepto en el ámbito cinematográfico podremos dejar ver la magia que este medio le confiere en el plano simbólico. Así, según la expresión de Moussinac, la imagen cinematográfica mantiene "el contacto con lo real y lo transfigura en magia"[4]. En definitiva, podríamos concluir afirmando que la imagen es una representación de la realidad.
  4. Y este término nos lleva a centrarnos en los ESTEREOTIPOS, ya que la principal preocupación al estudiar los Medios de Comunicación radica en cómo transmiten la información, si realmente "la imagen que nos presentan de un grupo es la misma que éste hubiese elegido para representarse a sí mismo"[5]. En este aspecto, es básico realizar un estudio de los estereotipos en los medios para descubrir el nexo que existe entre imagen e ideología.

Estos conceptos son los soportes para poner bajo sospecha aquellas prácticas inocentes que ocultas bajo el epíteto de la Comunicación, presentan imágenes estereotipadas en las que sólo se encuentra una ideología que nos manipula hasta convertirnos en una audiencia pasiva que forme parte de esa cultura homogénea que las multinacionales controlan.


 

[1] Definición extraída del libro de Roberto Aparici Comunicación Educativa en la Sociedad de la Información (pág. 39). En concreto, el texto dedicado a la Comunicación: "El robo de la palabra comunicación y su proceso de travestización" ha sido el motor de arranque de esta investigación, intentando en la misma poner de manifiesto las relaciones de poder existentes en la comunicación.

 

[2] Mario Kaplún en el texto "Una Pedagogía de la Comunicación" (pág. 60), también en el libro antes mencionado, inicia un debate en este sentido, dejando abiertas muchas cuestiones acerca de cómo marcar el punto de convergencia entre Educación y Comunicación y no caer en el reduccionismo.

 

[3] Entrevista realizada por Rafael Miralles y publicada en el número 395 de Cuadernos de Pedagogía. Disponible íntegra en http://www.comunicainfancia.cl/wp-content/uploads/2009/11/Educar-para-la-comunicacion-es-educar-para-descubrirse-a-uno-mismo.pdf -  fecha de consulta: 15 de marzo de 2010.

 

[4] Esta cita la podemos ampliar en el libro de Edgar Morín "El cine o el hombre imaginario" cuando se refiere a la fotogenia. Según Morín "Expresan el deseo impotente de expresar lo inexplicable".

 

[5] Robyn Quin desarrolla este aspecto en su libro "La Revolución de los medios audiovisuales" del cual podemos encontrar el capítulo "Representación y estereotipos" en la pág. 161 del libro "Comunicación Educativa..."


Antecedentes teóricos:

Partimos de la base de la no-consideración de la mujer como un ser humano de pleno derecho, en ningún ámbito es considerada en un plano de igualdad tal como el hombre. La base de la construcción simbólica e imaginaria de la mujer está en la creación de un estereotipo, que fundado en la otredad haga a la mujer un ser diferente, pero en inferioridad de condiciones, al hombre. 

La relación hombre-mujer no encierra reciprocidad, esta afirmación es en cierto modo comparable a las relaciones pseudo-comunicativas que en un principio se ponen bajo sospecha a la hora de iniciar este estudio.

 Del mismo modo que Simone de Beauvoir en su libro “El segundo sexo – Los hechos y los mitos” desenmascara los elementos ideológicos incluidos en los distintos ámbitos sobre los que se gesta el concepto de mujer (biología, psicoanálisis, materialismo histórico, historia...), a partir del estudio de las representaciones sexistas que nos muestran las escenas audiovisuales de las películas de Disney, podremos poner al descubierto cómo esa misma conceptualización de LA OTRA sigue aún vigente y se utiliza como educación informal para transmitir una ideología machista.

Simone de Beauvoir encuentra la cultura como factor decisivo en la opresión femenina: En la trampa de la reproducción está el origen de la opresión que sufren las mujeres, y, es por esta principal cualidad (la reproducción) por la que son deseadas las doncellas para ocupar el puesto de princesas (para encontrar quienes continúen la estirpe, para que les den nietos)

Difícilmente vamos a encontrar a una mujer que se reivindique como sujeto y que para ello aparezca en escena como mujer (por ejemplo encontramos el caso de Mulán que ha de tomar apariencia masculina para afirmar su rebeldía), este déficit según Beauvoir  es debido a que la mujer carece de medios concretos para poder reivindicarse, ya que vive un vínculo necesario que la ata al hombre sin plantearse una reciprocidad. Es por ello, que las escenas clásicas de princesas, nos muestren a unas mujeres que se complacen en su alteridad, , y que, como en el caso de Mulán "...la diferencia se convertía en una cuestión...de vestimentas"[1], aunque en lo más profundo de sus pensamientos lamente que no exista una tercera vía, al tener que definirse como hombre y dejar de hacerlo como mujer[2].

En el lado opuesto de los atributos femeninos deseables (sensibilidad, modestia, sumisión...) aparecen los personajes malvados (las madrastras) que al haber perdido todas las cualidades del "bello sexo" y no ser deseables, nos muestran una imagen hostil y maldita, para provocar en el espectador esa repulsa hacia esa mujer objeto que ya no levanta pasiones masculinas. 

En el fondo de todas estas imágenes y relatos estudiados, encontramos una negación de la mujer a su propia trascendencia, haciéndola aprender conductas donde su propia libertad estará siempre coaccionada, debiendo reproducir las conductas esperadas por el sexo masculino (sumisión y caída en la inmanencia),reafirmando la teoría de Beauvoir "No se nace mujer, se la hace".[3]

En este sentido, Gilles Lipovetsky en su libro “La tercera mujer” nos pone en guardia acerca de los roles sexuales estereotipados personificados en las princesas de Disney que relegan a la mujer a un papel secundario y pasivo, en el que se dejan adorar para fomentar la espera del pretendiente o para concederle eventualmente sus favores. Encontramos unas historias rodeadas de una doble moral, donde el hombre disfruta de total libertad en todos los ámbitos, ya sea amoroso, sexual... y en el lado opuesto se halla a la mujer, para la que cualquier conducta en este sentido queda totalmente prohibida. Es por ello que determinados personajes femeninos aparecen mutilados sexualmente y con una encasillada mojigatería femenina (las mujeres siempre están inhibidas sexualmente).

No obstante, la mujer sigue dominada por la pasión femenina hacia el amor, en el que se da al hombre y es el hombre el que se aumenta con ella.[4]

Considerada así la educación en el ámbito femenino y trasladada a las manifestaciones de entretenimiento infantil, encontramos que todas ellas giran en torno a los hombres, reflejando unos objetivos clásicos por más evolucionadas hacia la libertad que pretendan aparecer. Correlacionando con los atributos típicamente femeninos, descubrimos las tres misiones más importantes para las que la mujer fue creada en la mente masculina: 1º Amar – 2º Amar a uno solo – 3º Amar siempre[5] 2. En todo momento se reafirma la postura de Simone de Beauvoir, cuando dice que “...la mujer busca su salvación en el culto al amor”.

No obstante, todo este trasfondo ideológico, pueden surgir conductas bajo una aparente rebeldía, pero que o bien están asociadas a la época del cortejo, en el que la mujer adquiere el estatus de soberana del hombre, o bien toman prestada la apariencia masculina (como en el caso de Mulán) para poder actuar en libertad.

Otra muestra de la anulación femenina, cuya única razón para vivir es conseguir la ansiada Dependencia afectiva del hombre, o, a lo sumo, manifestando una elección indeterminada, que no es más que el signo inferior de la libertad[6].

Por otro lado, las tesis desarrolladas por Román Gubern en “Patologías de la imagen” centran la mirada investigadora objeto de este trabajo en las funciones de las imágenes de los personajes estudiados; puesto que las imágenes siempre han sido utilizadas como alimento de pasiones o instrumento al servicio de las distintas ideologías. Esta instrumentalización de la imagen ha guiado sus representaciones hacia zonas donde los cuestionamientos éticos, políticos o religiosos llegaban a levantar pasiones encontradas.

Por tanto, el comienzo de toda investigación que pretenda incidir sobre las narrativas audiovisuales ha de partir del estudio de la imagen como un elemento decisivo en el desarrollo de la historia cultural.  

Frazer propone una catalogación de las operaciones mágicas de las imágenes que nos permite conocer: en el plano figurativo, cómo son sustituidas o prolongadas por el pensamiento humano y, en el plano performativo, provocan los efectos que de ellas se pretenden.

Es tan importante investigar lo que las imágenes muestran, como todo lo que esconden, ya que toda imagen constituye un comentario que, una veces está implícito y otras explícito; para lo cual, deberemos dedicar un interés especial a la atribución performativa de las imágenes que estas narraciones suscitan en su joven público, puesto que al exhibirnos personajes capaces de realizar prodigios, princesas dignas de ser adoradas, etc. se transmite no solo una ideología, sino que se construye el imaginario infantil con unos mapas de significado que les harán conferir sentido al mundo. En definitiva, imágenes que construirán identidades con las que niños y niñas encontrarán un lugar en el mundo adulto.

Por último, igual que Gubern nos muestra la transformación del ratón Mortimer en Mickey Mouse, basada en un viejo precepto que aconseja cambiar algo para poder permanecer vigente; podemos comprobar cómo esta mutación continúa aún vigente en la metodología de Disney, puesto que las princesas van evolucionando aparentemente para no morir, se van adaptando a los tiempos, pero tal vez esos cambios que exponen sean como el de Mickey Mouse, ligeras transformaciones superficiales, pero que presentan a la misma princesa estereotipada de siempre, que sigue sumisa y esperando al hombre que la haga convertirse en LA OTRA.

Los argumentos expuestos por Giroux en dos de sus libros: Placeres inquietantes y El ratoncito feroz sirven de fundamentos teóricos para apoyar mi estudio, así encontramos en el primero enunciados como:

Cuando la política se reviste con la imagen de la inocencia, está en juego algo más que el simple engaño. Se trata de la cuestión del poder cultural y de cómo influye en las formas públicas de comprensión del pasado. La inocencia en el mundo de Disney, se convierte en el vehículo ideológico a través del cual la historia se escribe de nuevo... La Disney Company no ignora la cultura, la reinventa como un instrumento pedagógico y político de sus propios intereses, poder...

Disney genera representaciones que afianzan imágenes, deseos e identificaciones con que los públicos llegan a representarse a sí mismos y también sus relaciones con los demás.... Moviliza una noción de memoria popular que se presenta bajo el signo de Nostalgia de la inocencia infantil.

Disney ha producido una versión cinematográfica de la cultura popular a través de una pedagogía que relee la historia como herencia y la acción humana como una condición para adaptarse a las situaciones donde se produce la injusticia.

Asimismo, el hecho de formularse el autor toda una serie de cuestiones como:

¿De quién son esos relatos? ¿En qué circunstancias se producen? ¿Qué relaciones sociales legitiman? ¿Qué historias excluyen o incluyen? ¿En qué medida son cómplices de los legados del patriarcado? (Roger Simon = esos legados nunca son inocentes). ¿Cómo se usan los cánones para afianzar formas particulares de autoridad?.

Ponen en funcionamiento el mecanismo de análisis del discurso para descubrir qué práctica pedagógica está implicada en la producción de estos relatos y cuáles son sus connotaciones sexistas. 

En “El ratoncito feroz” Giroux pone el dedo en la yaga al cuestionarse la esencia misma de Disney apostando por los aspectos pedagógicos y contextuales y, en concreto indagando sobre el papel que estas prácticas juegan en la formación tanto de la memoria colectiva y el papel de los sexos, como en los atributos que en teoría debe poseer una mujer-niña-princesa.

Mediante la presentación de narraciones placenteras Disney consigue una amalgama de placer e irritación que bajo la apariencia de inocente entretenimiento alcanza una fuerza de poder que es capaz de desarrollar modelos educativos entre la audiencia más tierna y maleable.

El campo de mi investigación se ve ampliado con las teorías expuestas por Giroux, quien considera necesario discutir a Disney desde el discurso social, lo que significa ofrecer un análisis que fuerce el enfrentamiento entre el discurso cívico y la cultura popular.

 


BIBLIOGRAFÍA:

Agacinski, S. (1998). Política de sexos. Madrid: Grupo Santillana de Ediciones, S.A.

Beauvoir, S. d. (2002). El segundo sexo V1 - Los hechos y los mitos. Madrid: Ediciones Cátedra, S.A.

Giroux, H. (1999). El ratoncito feroz. Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez.

Giroux, H. (1996). Placeres inquietantes. Barcelona: Paidos Iberica.

Gubern, R. (2004). Patologías de la imagen. Barcelona: Anagrama.

Lipovetsky, G. (2002). La tercera mujer. Barcelona: Anagrama.

 

 

 

 


[1] Para Sylviane Agacinski una vez que se había silenciado a la mujer, la única diferencia perceptible se iba a convertir en una cuestión de historia, de cultura, de vestimentas. (Pág. 18)

[2] Sylviane Agacinski en su libro "Política de sexos" (pág. 17) "...cuando una mujer se define hombre "deja de sentirse mujer" lamentando que no exista una tercera vía".

[3] Agacinski retoma esta idea para cuestionarse qué tipo de mujer llega a hacerse para convertirse en un ser socialmente inferior. (pág. 62)

[4] Le Gai Savoir, libro V, p,363. Citado en La tercera mujer de Gilles Lipovetsky (pág. 17)

 

[5] Ibid. Cita a Michelet, L'Amour (1858).

 

[6] Agacinski hace referencia a Spinoza cuando dice que la elección indeterminada o la decisión arbitraria son el grado inferior de la libertad. (Pág. 60)

 


Conceptos específicos:

Estereotipo sexista

Educación audiovisual

Alfabetización audiovisual crítica

Educomunicación


Fundamentación teórica para el análisis de los estereotipos sexistas en las princesas Disney

 

Situación actual y diagnóstico del objeto investigado

Determinación de las tendencias territoriales, nacionales…

Bases Antecedentes teóricos

Teorías existentes

Correspondencias teorías – preguntas

Proceso investigativo desarrollado

Resultados teóricos, documental…

Conceptos

Adoptar una posición (anunciar la propia teoría)

 

 

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