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7) Reflexión personal

Page history last edited by Carmen Cantillo 13 years, 10 months ago

 

Introducción

 

La historia de Pocahontas se basa en una historia real de un marinero llamado John Smith y una mujer llamada Matoaka, conocida como Pocahontas por su larga cabellera.

La película Pocahontas de Disney se estrena en el año 1995, fecha en la que se firma en Beijing la IV Conferencia Mundial de la Mujer, donde se determinó el traslado de la atención al concepto de género, la reevaluación de las estructuras de la sociedad y las relaciones entre hombres y mujeres. Entre los objetivos de la declaración de Beijing se encuentran los de promover los objetivos de igualdad, desarrollo y paz para todas las mujeres del mundo, en interés de toda la humanidad. En el plano teórico encontramos estos derechos, mientras que en documentos tan simples e inocentes como una película infantil, se sigue llamando salvaje a la protagonista.

 

Los personajes

 

Pocahontas ha nacido y crecido libre y la naturaleza es cómplice de sus sentimientos. Muestra ciertas dudas a la hora de tomar decisiones, aunque en lugar de pensar las opciones y plantearse estrategias ante su destino, utiliza la magia para resolver sus problemas, gracias a la cual encontrará a un hombre que será el objetivo y que formará parte de su propia humanidad, ya que aunque sea virtualmente formará parte de sus posibilidades de existencia[1]. La primera aparición de Pocahontas en escena deja ver su gran atractivo, sin mediar palabra, su cuerpo, su rostro, su cabello, ponen al espectador en antecedentes de su principal cualidad. A menudo se presenta la belleza como el poder específico de la mujer. Trasladándose esta característica a modo de Mito de la belleza para ratificar la dictadura del débil[2] y como la sujeción de la mujer al hombre. Suponiendo la exhibición de estas imágenes de mujeres perfectas una forma de engendrar en las niñas un complejo de inferioridad y lucha constante por el culto al cuerpo.

John Smith es el galán aventurero y colonizador que representa el papel activo que tradicionalmente se le concede al hombre.

En el papel representado por los personajes secundarios, se establecen las jerarquías sociales con las que se pretende transmitir una ideología que, como nos recuerda Robert Fergunson, "poseen la capacidad de inducir a las personas a hacer ciertas cosas o de hacerles ver las cosas de cierta manera". Esta idea está vinculada con la “falsa conciencia”. Así, veremos reforzado el rol autoritario y sabio del "macho más anciano"[3] quien en el papel del padre de Pocahontas, decidirá el futuro matrimonio de ésta con el hombre más fuerte de la tribu [4], contribuyendo todo este entramado de personajes y escenas a definir el matrimonio como el medio privilegiado a través de la historia para adquirir una posición social ante el grupo.

 

Los oficios

 

Como en anteriores análisis, los oficios y tareas importantes están adjudicados a los hombres: marinos, pescadores, buscadores de tesoros, guerreros... mientras que las mujeres del poblado indio en escasas escenas realizan tareas de recolección y agricultura, dejando para la princesa aparecer como una joven mimada que sólo se dedica a dar largos paseos en canoa, sin preocupación alguna. Las diferencias de tareas y oficios representadas vienen a reforzar el papel de la mujer que históricamente, ha estado subordinado.[5]

 

Tareas transgresoras

 

Se observan algunas actuaciones, tanto por parte de Pocahontas, que no termina casándose como en otras películas, y por parte del protagonista masculino, John Smith, que a pesar de presentarse como colonizador de una tribu indígena, interpreta un papel de mediador entre las distintas culturas.

 

Análisis del argumento

 

En el relato se plantean dos conflictos: el matrimonio pactado de Pocahontas y las dudas que a ésta le suscita tener que acatar las órdenes de su padre y, la colonización por parte del ambicioso gobernador y su grupo que le llevarán a tratar a la tribu como salvajes.

En lo referente a la manipulación machista, se puede observar la incertidumbre que produce en la persona de Pocahontas, el tener que tomar una decisión, para la que no tiene posibilidades de respuesta y se siente perdida. Y, es que temer que tener que enfrentarse a una elección indeterminada o la decisión arbitraria (Spinoza) son el grado inferior de la libertad. Citado en (Agacinski, 1998, pág. 60)

Por consiguiente, esta falsa ilusión de presentar a esta princesa como un espíritu libre, sólo consigue despistar al espectador, ya que la decisión que se espera de ella, se basará en encontrar a un hombre, para hallar la paz y es queestas narraciones vendrán a reforzar la conciencia dominada, fragmentada y contradictoria del oprimido: La inercia que resulta de la inscripción de las estructuras sociales en los cuerpos. (Bordieu, 2000, pág. 57).

El poder de la magia, en esta ocasión, juega el papel de confesora y asesora de la joven princesa, quien hará partícipe de sus confesiones íntimas[6] a "La abuela Sauce" que influirá en el futuro y las relaciones de la joven pareja mediante sus consejos mágicos. Mediante la ordenación en las relaciones sociales se promueven formas de dominación (Giroux, Placeres inquietantes, 1996, pág. 153)

 

El discurso

 

La Disney Company no ignora la cultura, la reinventa como un instrumento pedagógico y político de sus propios intereses, poder... (Giroux, 1996, pág. 55), pasando esta reinvención por una pedagogía cultural donde el papel sumiso y acatador de la mujer está presente en todas sus frases: "... le encuentro tan guapo..." comenta Nakoma al contemplar a Kocoom cómo es galardonado por ser el guerrero más valiente del poblado.

La idea de la protección masculina sobre la frágil naturaleza de la mujer, se puede descifrar de los mensajes que recibe Pocahontas para aceptar a su futuro marido: "...será un buen esposo y te construirá una buena casa con fuertes muros... con él estarás a salvo de cualquier peligro..."[7]

Igualmente, el uso del masculino genérico suele pasar desapercibido en comentarios por parte de sendas culturas. Por otra parte, en las canciones se transmite la idea de los comportamientos de guerra y valentía asignados a los hombres: "un hombre no es un hombre si no sabe disparar..." Mensajes que vienen a reforzar la dominación masculina como en el Culto al macho soldado y la moral heroica de las ascesis de la tensión... o el folklore paternalista... (Bordieu, La dominación masculina, 2000, pág. 110).

Algunas estrofas de Pocahontas van dirigidas hacia los sentimientos, el precio del amor... "abre el corazón y lo entenderás", mensajes subliminales que vienen a configurar la permanencia de la sobreimplicación femenina en el amor y serían la respuesta a preguntas que (Lipovetsky, 1999) se formula en lo tajante a la identidad de las mujeres; pues en este sentido, la educación informal juega un papel importantísimo, transmitiendo la necesidad de sentirse realizada la mujer a través del amor, es un tema que longitudinalmente a lo largo de todas las películas se viene repitiendo, en las canciones, en los comentarios, en las conversaciones que las princesas mantienen con su entorno.

 

El lenguaje cinematográfico

 

Los estereotipos de género, tanto masculino como femenino, se hacen visibles en los vestuarios utilizados por John Smith y Pocahontas, marino uno y sexy la otra, ésta última potenciada por los giros que la cámara realiza sobre su cuerpo para dejar al descubierto su esbelta silueta.

Los poderes mágicos representados por un árbol son magnificados mediante primeros planos y ángulos aberrantes, y aunque el tono de voz sea dulce para acompañar la magia blanca que en este caso se utiliza, la angulación contribuye a potenciar la importancia de la magia sobre el esfuerzo y la decisión personal.

Como en esta película el final no va acompañado de la boda de los protagonistas, los movimientos de cámara vienen a simular la despedida y alejamiento del joven marinero que tiene que recurrir a la civilización para que sane sus heridas, mientras los encuadres y ángulos que acompañan a Pocahontas, muestran a una mujer sola que permanece en dominando la situación mediante un picado sobre su entorno.

 

Conclusión

 

En este caso la historia no termina con el habitual final feliz, aunque la clave, para Disney, no está en producir alegría, sino en ofrecer narraciones placenteras (Giroux, 2001, pág. 24).  Por tanto, el fin supondrá la congoja y la renuncia al amor a la que se ve sometida la mujer independiente, quien se encuentra dividida entre sus intereses profesionales y sus impulsos afectivos. Éste sería como el cultivo de las diferencias en la igualdad que Simone de Beauvoir define como Feminismo eurocéntrico. (Beauvoir, 1999).

Por tanto, el análisis de los mensajes que Disney transmite a través de sus personajes, sean de la cultura que sea, debería de estar incluido en el curriculum escolar, de modo que se pudiese proporcionar a los estudiantes distintas oportunidades de aprendizaje para visibilizar las referencias de comportamiento que componen las diferentes experiencias, códigos y lenguajes (Steinberg & Kincheloe, 2000, pág. 219), ya que únicamente en el terreno de la educación puede germinar la utopía... que haga posible que la educación pueda transformar la realidad (Correa, El hilo de Ariadna, 2002).

 

Bibliografía

 

Agacinski, S. (1998). Política de sexos. Madrid: Grupo Santillana de Ediciones, S.A.

Beauvoir, S. d. (1999). El segundo sexo - Los hechos y los mitos. Madrid: Ediciones Cátedra, S.A.

Bordieu, P. (2000). La dominación masculina. Barcelona: Anagrama.

Correa, R. I. (2002). El hilo de Ariadna. Huelva: Universidad de Huelva.

Ferguson, R. (2007). Los medios bajo sospecha. Ideología y poder en los medios de comunicación. Barcelona: Gedisa.

Giroux, H. A. (2001). El ratoncito feroz. Disney o el fin de la inocencia. Madrid: Fundación Germán Sanchez Ruipérez.

Giroux, H. A. (1996). Placeres inquietantes. Barcelona: Paidós.

Gubern, R. (2004). Patologías de la imagen. Barcelona: Anagrama.

Lipovetsky, G. (1999). La tercera mujer. Barcelona: Anagrama.

Sh. R. Steinberg y J.L. Kincheloe. (2000). Cultura infantil y multinacionales. Madrid: Ediciones Morata, s.l.

Steinberg, S., & Kincheloe, J. (2000). Cultura infantil y multinacionales. Madrid: Morata.

 


[1]Este aspecto se puede desarrollar mediante la lectura del libro Política de sexos de Sylviane Agacinsky (P.23).

[2]Política de la belleza en Lipovetsky - La tercera mujer -  Pág. 136.

[3] Todas las familias se rigen de forma monárquica bajo la autoridad del macho más anciano (Aristóteles, Política, 1,5,1252,b. (Agacinski, Política de sexos, 1998, pág. 36)

[4]Ellas se han doblegado al orden familiar, económico, político y religioso instaurado por aquellos que se reservaban el monopolio de los poderes. (Agacinski, Política de sexos, 1998, pág. 35)

[5]Simone de Beauvoir - El segundo sexo - Pág. 23.

[6]Lipovetsky, en La Tercera Mujer, explica cómo transcurren las conversaciones femeninas, las cuales están relacionadas con sus vivencias íntimas y suelen ser distintas a las conversaciones de los hombres. Pág. 26

[7]Steinberg detecta en las películas Disney una cultura de ideología sexista organizada por adultos para construir la mentalidad infantil y frases tajantes como ésta ponen al descubierto esta manipulación. (Steinberg & Kincheloe, 2000, pág. 153).

 

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